Con docenas de miles de inmigrantes que han buscado refugio en Chicago tras cruzar la frontera sur, sólo unas pocas docenas han sido identificadas por la policía como posibles miembros de la pandilla Tren de Aragua, a la que el presidente Donald Trump califica de amenaza terrorista.
Y hay poca evidencia que los vincule con la violencia en Chicago.
Muchos de ellos son de Venezuela, donde se originó la pandilla carcelaria. Algunos nacieron en Colombia, Honduras y Ecuador, países a los que, según se informa, la pandilla se ha extendido. La policía ha utilizado sus tatuajes, ropa e incluso una calcomanía de su auto para vincularlos con la pandilla, citando alertas policiales que detallan su iconografía.
La reputación del Tren de Aragua como organización de tráfico de personas, venta de drogas y secuestro ha seguido a la pandilla desde Venezuela por la peligrosa ruta hacia Estados Unidos, y Trump la ha convertido en el foco de su masiva ofensiva migratoria.
Pero las más de tres docenas de hombres señalados por el Departamento de Policía de Chicago (CPD) como posibles miembros del Tren de Aragua se han enfrentado principalmente a casos de drogas y tráfico vial, según descubrió el Chicago Sun-Times, basándose en registros de arrestos y otros datos.
El Sun-Times también revisó docenas de otros reportes de arrestos de ciudadanos venezolanos acusados de delitos violentos en Chicago en los últimos años. Estos informes, por separado, sólo muestran a un hombre cuyo tatuaje se considera un símbolo de la pandilla.
Las autoridades federales han vinculado a dos presuntos miembros del Tren de Aragua con tiroteos de alto perfil en Chicago: uno en el que un migrante transgénero resultó herido en febrero de 2024 y otro en enero que dejó dos mujeres muertas y una tercera herida. Sin embargo, no han sido acusados por los ataques.
Trump invocó una ley que data de 1798, la Ley de Enemigos Extranjeros, el 15 de marzo en la última ofensiva de su administración contra el Tren de Aragua, que, según él, está trabajando en sintonía con el régimen opresivo del presidente venezolano Nicolás Maduro, “realizando una guerra irregular y emprendiendo acciones hostiles contra Estados Unidos”.
Trump utilizó la ley, vigente desde hace 227 años, para deportar a cientos de venezolanos, enviándolos a una prisión de mala reputación en El Salvador sin el debido proceso. Su administración ha sido acusada por defensores de los derechos civiles de desobedecer una orden judicial que buscaba detener los vuelos de deportación, lo que avivó los temores de una crisis constitucional.
En Chicago, donde las pandillas han tenido durante mucho tiempo una fuerte presencia y han sido objeto de extensas investigaciones federales, fuentes policiales afirman que las operaciones y el alcance del Tren de Aragua no están claros.
“Creo que Trump simplemente los está utilizando como una excusa tangible para deportar a presuntos miembros”, afirmó una fuente policial de Chicago. “Si fueran un gran problema, habría más ruido sobre ellos”.
El hecho de no identificar a más miembros ni vincularlos con delitos no significa que no representen una gran amenaza, afirma Kyle Williamson, administrador del Centro Antipandillas del Oeste de Texas y exdirector de la oficina de la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) en El Paso, Texas.
“Miles de miembros del TdA (Tren de Aragua) han llegado a nuestro país, pero sólo hemos validado a unos pocos”, afirma Williamson.
Señala que, a diferencia de las pandillas locales, la policía estadounidense no tiene antecedentes de lidiar con el Tren de Aragua y no ha podido obtener mucha información sobre la pandilla porque la mayoría de sus miembros provienen de Venezuela, cuyo gobierno es hostil a Estados Unidos.
Además, los miembros del Tren de Aragua son transitorios, por lo que es difícil para las fuerzas del orden estadounidenses vigilarlos, según Williamson.
“Tienen tácticas para evitar ser detectados por las fuerzas del orden”, afirma, ya que muchos miembros jóvenes no se hacen los tatuajes de la pandilla para pasar desapercibidos. “Pero nada de esto es exagerado. Representan una amenaza realmente enorme”.
El Departamento de Policía de Chicago (CPD) y los funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Ametralladoras, logotipos de Jordan, relojes
En Chicago, muchas de las personas vinculadas al Tren de Aragua en los reportes policiales de arresto tenían tatuajes de rosas, coronas y relojes, que los agentes interpretaron como posibles tatuajes de pandillas. Los tatuajes de un AK-47 y el logotipo “Jumpman” de Michael Jordan también fueron objeto de escrutinio, junto con artículos de los Chicago Bulls.
Los autores de los informes solían citar alertas y boletines de seguridad de las fuerzas del orden.
“El sujeto mencionado tiene un tatuaje de una rosa en la mano”, según un informe sobre un hombre detenido el año pasado por una infracción de tránsito. “Según el boletín emitido por el Centro Nacional de Inteligencia de Pandillas, esto coincide con los tatuajes de la pandilla venezolana Tren de Aragua”.
Posiblemente el caso más grave de Chicago vinculado a la pandilla involucró a un hombre acusado de apuñalar a un joven de 15 años de edad con un destornillador en febrero de 2024. Richard Ramírez Moreno, de 25 años, había advertido a la madre del joven que era “miembro de una pandilla callejera violenta y amenazó con hacer que la pandilla los atacara”, según los registros judiciales.
Existe un caso de violencia doméstica en curso contra Ramírez Moreno, ciudadano venezolano que al momento del arresto llevaba un brazalete de GPS federal.
El Sun-Times revisó cerca de 60 reportes policiales de ciudadanos venezolanos arrestados en Chicago desde mediados de 2023 hasta finales de 2024 por cargos de cometer delitos violentos como asesinato, apuñalamientos, secuestros, agresiones sexuales y múltiples ataques a la policía.
Los reportes de arresto, siguiendo la política de “Ciudades Santuario” de Chicago, no detallan el estatus migratorio de esas personas. Pero la mayoría de los venezolanos que ahora viven en Chicago se encuentran entre los aproximadamente 50,000 solicitantes de asilo que han llegado tras cruzar la frontera sur en los últimos años, según los expertos.
Sólo tres de esos reportes de arresto indicaron que la persona tenía un tatuaje, y sólo uno de ellos es considerado por las autoridades policiales como un símbolo del Tren de Aragua.
Elvis Díaz Betancourt, de 29 años de edad, fue sentenciado en julio de 2024 a tres años y medio de prisión por el apuñalamiento en 2023 de un compañero residente de un albergue en el centro de Chicago.
Tiene un tatuaje de un “ojo que todo lo ve” en el brazo derecho, según el reporte del arresto, que no lo identifica como miembro del Tren de Aragua. Sin embargo, fuentes policiales afirman que era sospechoso de pertenecer a la pandilla.
Díaz Betancourt obtuvo la libertad condicional en septiembre de 2024 y ahora figura en el sitio web del Departamento de Correccionales de Illinois como “fugitivo”
Uno de los hombres identificados como posible miembro del Tren de Aragua afirma no estar afiliado a la pandilla y que nunca fue interrogado por la policía al respecto.
Afirma que salió de Venezuela hace más de una década y desconoce si la pandilla operaba en su región. Solicitó el anonimato porque tiene un caso de asilo pendiente.
Afirma que sus tatuajes simbolizan a sus hijos y representan a un ángel guardián. “Tengo 40 años, no pertenezco a ninguna pandilla”, declaró a un periodista.
Fue acusado de robar en JCPenney en Ford City Mall en febrero de 2024, según consta en registros judiciales. Llegó a un acuerdo de enjuiciamiento diferido, lo que significa que el caso se desestimará si completa la programación ordenada por la corte.
Afirma que ha estado bajo vigilancia electrónica de ICE durante aproximadamente un año y no cree que se deba deportar a inmigrantes a países desconocidos como El Salvador.
“No creo que sea justo que deporten a personas inocentes que no tienen nada que ver con [la pandilla] y que vinieron a trabajar para que sus hijos tengan una vida mejor”, afirmó.
Tiroteos vinculados al Tren de Aragua
Hace una semana, el Departamento de Justicia anunció el arresto en Georgia de un “miembro de alto rango” del Tren de Aragua, en virtud de una orden de arresto emitida por la Policía de Chicago, por el secuestro de una mujer a principios de este año.
Ricardo González, de 32 años, es sospechoso de disparar a la mujer y matar a otras dos personas en un callejón de South Shore el 28 de enero, según las autoridades federales. La sobreviviente corrió por el vecindario, golpeando puertas y gritando pidiendo ayuda.
“Los crímenes de este acusado contra mujeres estadounidenses son horribles, y él es precisamente el tipo de enemigo extranjero que la administración de Trump lucha por expulsar de este país para que Estados Unidos vuelva a ser seguro”, declaró la Fiscal General Pamela Bondi en una declaración escrita.
Se desconoce si las víctimas eran ciudadanas estadounidenses.
El Departamento de Justicia ha informado que González se encontraba en espera de ser extraditado a Chicago en el Centro de Detención para Adultos del Condado de Cobb en Marietta, Georgia.
Había sido arrestado semanas antes del tiroteo tras ser detenido en Belmont Cragin por tener una luz trasera rota, según el reporte del arresto. La policía indicó que sus placas temporales estaban registradas a nombre de otro vehículo, que no tenía seguro y que había una lata de cerveza abierta en la consola central de su vehículo.
Los agentes no mencionaron ninguna conexión con el Tren de Aragua. Enfrenta cargos menores.
El año pasado, ICE anunció el arresto de otro miembro del Tren de Aragua sospechoso de participar en un tiroteo en Chicago. Adelvis Rodríguez Carmona, de 31 años de edad y originario de Venezuela, fue acusado de dispararle a una inmigrante transgénero a las afueras de un club nocturno en La Villita el 4 de febrero de 2024, según informó el Sun-Times. “Gay malo”, supuestamente dijo Rodríguez Carmona antes de dispararle a la mujer en las piernas y la ingle, según los registros policiales.
Fue arrestado al salir de un juzgado de Maywood a finales de ese mes, según consta en los registros policiales y judiciales. Acababa de ser liberado en un caso de armas que ya ha sido desestimado.
Los fiscales del Condado de Cook no lo acusaron por el tiroteo e instaron a la policía a seguir investigando. Una fuente policial afirmó que la víctima dejó de cooperar, en parte porque temía que Rodríguez Carmona estuviera vinculado con el Tren de Aragua.
Tras ser arrestado de nuevo por infracciones de tránsito, agentes de ICE lo detuvieron el 11 de marzo de 2024 y lo trasladaron a la Cárcel del Condado de Dodge en Juneau, Wisconsin.
En noviembre de ese mismo año, la Oficina de Investigación de Tennessee (TIB) anunció que había sido arrestado en una redada de tráfico sexual en un hotel. Fue acusado de frecuentar una prostituta y de posesión de drogas y un arma.
El anuncio de la agencia, que detallaba la operación, lo describió como “un conocido miembro del Tren de Aragua, sospechoso además de cometer delitos violentos en Chicago y la ciudad de Nueva York”.
David Rausch, director del TIB, declaró en aquel momento que los miembros del Tren de Aragua “permanecen en movimiento hasta que se sienten cómodos”.
“Si se adentran en un área donde creen que pueden operar con impunidad, empezarán a atrincherarse, como hemos visto en otras comunidades”, dijo Rausch. “Lo que intentamos hacer y mi propósito al presentar esta información era asegurarnos de que toda la policía de Tennessee entienda que no vamos a permitir que se afiancen en Tennessee”.
Se encuentra detenido bajo fianza de $30,000 en la Cárcel del Condado de Hamilton en Chattanooga, Tennessee.
La pelea por los vuelos
Una batalla judicial sobre los vuelos de deportación planeados por Trump ha cerrado temporalmente el último frente en su guerra migratoria.
El juez federal de distrito James E. Boasberg emitió una orden el 15 de marzo que prohíbe a la administración de Trump realizar deportaciones durante dos semanas en virtud de la Ley de Enemigos Extranjeros, ley que otorga al presidente amplios poderes para detener y deportar a extranjeros en tiempos de guerra.
La orden se dictó mientras los detenidos ya estaban siendo trasladados a una prisión brutal en El Salvador, y los aviones no fueron devueltos, como ordenó Boasberg.
Tom Homan, “el zar de la frontera” de la Casa Blanca, el 17 de marzo en Washington, D.C., defendió el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 por parte del presidente Donald Trump para enviar migrantes venezolanos a El Salvador, incluso después de que un juez federal ordenara que los aviones invirtieran su rumbo y regresaran a los detenidos a Estados Unidos.
Tom Homan, el “zar de la frontera” de Trump, declaró el 23 de marzo que los detenidos habían sido “designados como terroristas”, vinculando a 240 de ellos con el Tren de Aragua y a otros 21 con la MS-13, una pandilla fundada en Los Ángeles por inmigrantes salvadoreños.
Homan afirmó que algunos de los presuntos pandilleros se encontraban previamente bajo custodia, y que un juez de inmigración había ordenado la deportación de otros o que habían sido expulsados bajo la Ley de Enemigos Extranjeros.
Reconoció que “muchos pandilleros no tienen antecedentes penales”, haciendo eco de una declaración jurada emitida por un supervisor de ICE en un caso judicial federal relacionado con los vuelos de deportación.
Robert Cerna, director interino de la oficina de campo de Operaciones de Detención y Deportación de ICE, declaró a Boasberg que “muchos” de los presuntos miembros del Tren de Aragua expulsados bajo la Ley de Enemigos Extranjeros “no tienen antecedentes penales en Estados Unidos”.
“La falta de antecedentes penales no indica que representen una amenaza limitada”, declaró Cerna en la presentación del 17 de marzo. “De hecho, basándose en su vinculación con el TdA, la falta de información específica sobre cada individuo resalta el riesgo que representan. Demuestra que son terroristas de los que carecemos de un perfil completo”. El miércoles, la administración de Trump perdió la apelación contra la prohibición temporal de deportaciones de Boasberg.
Otros inmigrantes vinculados al Tren de Aragua han sido regresados a Venezuela y al centro de detención de la Bahía de Guantánamo en Cuba, que ha albergado a presuntos terroristas durante más de dos décadas.
El 23 de marzo, Homan afirmó que los venezolanos enviados a El Salvador estaban vinculados al Tren de Aragua “con base en numerosas investigaciones criminales, informes de inteligencia y un amplio trabajo de los agentes de ICE”.
“Tenemos que confiar en las redes sociales, en las técnicas de vigilancia, en las declaraciones juradas de otros pandilleros. Tenemos que confiar en las intervenciones telefónicas y en el Título III”, dijo, refiriéndose a la ley que regula la vigilancia gubernamental. “Todo lo relacionado con una investigación criminal entra en juego”.
Algunos hombres detenidos por agentes de inmigración tienen pocos o ningún antecedente penal conocido y fueron identificados erróneamente como miembros del Tren de Aragua basándose en tatuajes, según documentos judiciales presentados por abogados y un familiar.
Esta foto, publicada el 16 de marzo por la oficina de prensa de la presidencia de El Salvador, muestra la llegada de presuntos miembros de la organización criminal venezolana Tren de Aragua al Centro de Reclusión Antiterrorista en Tecoluca, El Salvador. | Oficina de prensa de la presidencia de El Salvador vía AP
Jerce Reyes Barrio, ex futbolista profesional venezolano, se encontraba entre el grupo llevado a la prisión salvadoreña, según declaró su abogada Linette Tobin en un documento del caso que impugna los planes de deportación de la administración Trump.
Un tatuaje que hacía referencia a su equipo de fútbol favorito, el Real Madrid, y una publicación en redes sociales que lo mostraba haciendo gestos con las manos se utilizaron para vincularlo con el Tren de Aragua, afirmó Tobin.
“De hecho, el gesto es común y significa ‘Te amo’ en lenguaje de señas, y se usa comúnmente como símbolo del rock and roll”, dijo.
Tobin dijo que Reyes Barrio huyó de la opresión del gobierno de Maduro, al igual que otros detenidos.
Grace Carney, abogada de un demandante en el caso, descrito sólo como G.F.F., dijo que su familia abandonó Venezuela “en parte debido a las amenazas que recibió del Tren de Aragua”. La pandilla lo atacó específicamente por su sexualidad, dijo Carney.
El 15 de marzo lo subieron a un avión con otros venezolanos, pero finalmente no fue deportado, dijo Carney. Un agente de ICE les dijo a él y a otros detenidos que “se habían sacado la lotería”.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago