El pistolero que disparó mortalmente en el desfile del Día de Puerto Rico de 2021 en Humboldt Park fue sentenciado el lunes a 20 años de prisión, el castigo más severo que la jueza podría imponer.
Anthony Lorenzi, de 37 años de edad, fue declarado culpable de asesinato en segundo grado en un juicio de dos días ante la jueza Domenica Stephenson y enfrentaba de cuatro a 20 años de prisión.
Stephenson dijo que esperaba que darle la pena máxima fuera un elemento disuasorio para los demás. “Cualquier pena menor haría menor la gravedad de este delito”, destacó la jueza.
Las sentencias por condenas por asesinato en segundo grado son elegibles para el crédito día por día en Illinois, y Lorenzi recibió un poco más de 3 años y medio de crédito por su tiempo en custodia en espera de juicio.
La noche del 19 de junio de 2021, Lorenzi estaba con un grupo de personas en la cuadra 3200 al oeste de Division Street cuando según los fiscales, Gyovanny Arzuaga, de 24 años de edad, estuvo involucrado en un accidente automovilístico menor mientras manejaba su Dodge Durango.
El grupo con Lorenzi confrontó a Arzuaga y trató de sacarlo de su vehículo. Mientras Arzuaga luchaba con los miembros del grupo, disparó una bala de un arma que sostenía, hiriendo fatalmente a su novia, Yasmin Pérez, de 25 años, en el cuello.
La multitud se dispersó después del tiroteo, pero cuando Arzuaga se desplomó sobre Pérez, Lorenzi se acercó y le disparó varias veces, matando a Arzuaga.
La joven pareja, que según la familia se había enamorado a primera vista, dejó atrás a dos niños pequeños.
Lorenzi huyó después del tiroteo y fue detenido en California. Ha estado detenido en la Cárcel del Condado de Cook desde que fue extraditado a Chicago.
La frenética escena fue captada por cámaras de vigilancia y los teléfonos celulares de los transeúntes. El tiroteo atrajo la atención nacional mientras la ciudad enfrentaba nuevamente críticas por su nivel de violencia con armas de fuego durante la pandemia.
La jueza amonestó a Lorenzi, cuyos antecedentes penales incluían condenas por robo y delitos con armas, por llevar un arma consigo a las festividades del desfile esa noche.
Lorenzi “tomó la decisión de llevar un arma que no se le permitía tener y luego meterse en esa situación”, destacó Stephenson.
Los familiares de Arzuaga y Pérez habían pedido a la jueza que le aplicara la ley a Lorenzi.
“Pido el máximo porque ha visto los hechos”, leyó la tía de Arzuaga, Michelle Portillo, a la jueza de una declaración que había escrito al estilo de un poema con rima.
Dirigiéndose a Lorenzi, leyó: “Lo amábamos mucho, así que recuérdalo; el tiempo con él que siempre extrañaremos”.
La abuela de Arzuaga, Joan Vilaro, reflexionó sobre el talento temprano de su nieto para jugar al boliche y sus dificultades en la escuela antes de recibir tratamiento por trastorno de déficit de atención (ADD). A menudo pasaba tiempo con ella los viernes por la noche cenando, viendo una película o jugando a las cartas.
“Su sonrisa era tan contagiosa que iluminaba una habitación con ella”, compartió.
Lorenzi pareció escuchar atentamente las declaraciones de la familia de Arzuaga y Pérez, y cuando se le dio la oportunidad de hacer su propia declaración, les pidió perdón a ellos y a su propia familia.
Lorenzi negó haber tenido la intención de matar a Arzuaga. En el juicio, argumentó que cometió el tiroteo en defensa propia. Pero dijo que comprendía el dolor que causaron sus acciones.
“Una vez más seré juzgado por Dios por mis errores”, dijo, leyendo en voz baja una declaración escrita que había preparado. “Espero que encuentren en sus corazones al menos comenzar el proceso del perdón”.