El departamento de Albany Park donde murió una niña de 10 años tenía un bóiler defectuoso y carecía de alarmas de monóxido de carbono y detectores de humo, según descubrió el Departamento de Edificios de Chicago.
El lunes por la mañana, los bomberos de Chicago detectaron altos niveles de monóxido de carbono en el departamento.
Jayrinne Sequeida fue encontrada inconsciente y sin respirar a eso de las 5:30 a.m. en la cuadra 3000 al oeste de Gunnison Street. Su hermana de 12 años de edad también fue llevada al hospital en estado grave. El martes fue dada de alta del hospital, dijo al Sun-Times Joseph Márquez, un viejo amigo de la familia.
Jayrinne fue declarada muerta en la sala de emergencias del Swedish Hospital, según la Oficina del Médico Forense del Condado de Cook y la Policía de Chicago.
Los papás de Jayrinne, Víctor y Maribel Sequeida, se habían quejado en varias ocasiones con su arrendador sobre una serie de problemas con el apartamento, incluyendo la falta de alarmas de monóxido de carbono, dijo Márquez. Planeaban mudarse pronto.
El Departamento de Edificios citó al edificio de apartamentos de tres pisos por 11 violaciones del código. La unidad del tercer piso donde vivía la niña y el sótano, no tenían alarmas de monóxido de carbono ni detectores de humo, según el informe.
El informe también citó que el bóiler del edificio “funcionaba mal” y dijo que el departamento de bomberos apagó el bóiler y el suministro de gas del edificio. La inspección también encontró que el edificio tenía cableado expuesto y en cortocircuito, lo que calificó de “peligroso y riesgoso”. También había fracturas y mortero suelto y erosionado en la chimenea del edificio.
El lunes por la mañana, el edificio de apartamentos tenía un aviso de “no entrar” del Departamento de Edificios de Chicago coloca
Las viviendas deben estar equipadas legalmente con alarmas de monóxido de carbono y detectores de humo. Los propietarios son responsables de proporcionar y mantener las alarmas de monóxido de carbono y de humo en sus unidades de alquiler.
El martes, Steven Treviño, uno de los propietarios del edificio, se negó a comentar sobre por qué la unidad carecía de detectores y qué estaba mal con el bóiler. Los otros propietarios del edificio, James Beck y Kathleen Beck, no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.
El miércoles por la mañana, la página de GoFundMe creada para ayudar la familia de Jayrinne había recaudado más de $15,696 de su objetivo de $15,000.
El domingo, la familia había ido a una clínica el domingo después de sentirse mal, contó Márquez. Sus síntomas incluían vómitos y dolores de cabeza. Pero les dijeron que solo tenían un virus, dijo Márquez.
Regresaron a casa y Maribel Sequeida se despertó en medio de la noche para ver cómo estaban sus hijas, dijo Márquez. Fue entonces cuando descubrió que Jayrinne no respiraba.
Su muerte ha devastado a la familia, que era muy unida, dijo Márquez. Los conoce desde hace 10 años. Sus familias acaban de pasar juntos el día de Navidad.
“No creo que nadie pueda recuperarse de esto. Especialmente porque toda esta situación pudo haberse evitado”, dijo Márquez.
A Jayrinne le encantaba bailar, jugar al fútbol y ayudar a su madre. Ella y su hermana mayor eran mejores amigas, contó Márquez, y se llevaba bien con sus tres hijos pequeños. Las familias solían ir juntas al parque.
“Quiero que los propietarios e inquilinos sepan que estas alarmas pueden salvar vidas, especialmente las de los más pequeños”, dijo Márquez.
En el lugar, los bomberos detectaron altos niveles de monóxido de carbono de 300 partes por millón (ppm, por sus siglas en inglés), dijo el portavoz del Departamento de Bomberos de Chicago, Larry Langford, al Sun-Times el lunes.
“Un detector de monóxido de carbono se activará con tan solo 10 ppm, lo que le daría mucho tiempo para arreglar la situación y salir”, dijo.
Langford dijo que el envenenamiento por monóxido de carbono es fatal cuando la potencia del gas es alta y la duración de la exposición es larga.
“Por ejemplo, una lectura de 1000 ppm podría ser fatal en 30 minutos o menos, y con una lectura de 300 ppm tomará un par de horas al menos”, dijo.
Rhoda Maliet vive en el primer piso del edificio con su familia y la policía la despertó el lunes por la mañana.
“Llamaron a nuestra puerta y nos dijeron: ‘Tienen que salir, hay una fuga de gas y el nivel de monóxido de carbono es demasiado alto, y mató a una niña’”, contó Maliet al Sun-Times el martes.
El sábado, sonó la alarma de monóxido de carbono en el apartamento de Maliet. Ella pensó que la batería de la alarma se había agotado.
“No sabía de los peligros del monóxido de carbono hasta que pasó esto. No sabía que podía ser mortal”, dijo Maliet. “La policía me dijo: ‘Tienes suerte porque el sábado, el nivel de monóxido de carbono era alto en tu edificio’”.
Maliet, que ha vivido en el edificio durante 13 años, dijo que esta era la primera vez que ocurría un problema importante.
“Es muy, muy triste”, agregó Maliet. “Son una familia muy agradable y esas niñas eran muy dulces”.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago