El precio de los huevos ha alcanzado —si no es que superado— los $8 la docena, dependiendo de dónde se compren.
Eso es suficiente para afectar de manera negativa a una serie de industrias, incluyendo la avicultura, los restaurantes, las panaderías, por no mencionar a la gente común que intenta mantener la comida en sus mesas.
A raíz de todo esto, el país necesita desesperadamente lo que no ha tenido desde el 20 de enero: una Casa Blanca en pleno funcionamiento que pueda reunir los recursos del gobierno para resolver la crisis de la gripe aviar que ha estado matando a millones de aves ponedoras del país.
Eso incluye las 3,000 gallinas que murieron el mes pasado en un brote en una granja familiar en el suburbio sur de Matteson.
La última evidencia de que la propagación de la gripe aviar está empeorando: en los últimos días, cientos de patos han sido encontrados muertos, muy probablemente por la gripe aviar, a lo largo de las orillas del Lago Michigan en Chicago y los suburbios del norte, como informó Kade Heather del Sun-Times.
Pero en lugar de poner más atención en este asunto, el presidente Donald Trump y su administración pierden el tiempo centrados en una guerra arancelaria potencialmente ruinosa y permiten que el multimillonario Elon Musk y los empleados jóvenes y altamente inexpertos del legalmente cuestionable Departamento de Eficiencia Gubernamental o DOGE (creado por orden ejecutiva, no por el Congreso, que tiene la autoridad para crear departamentos federales) pisoteen a las agencias del gobierno federal y recopilen información confidencial.
Es cierto que el aumento vertiginoso de los precios de los huevos es un problema global impulsado por el brote de gripe aviar. La Comisión Europea, que es el poder ejecutivo de la Unión Europea (UE), informa que los precios de los huevos han aumentado un 22% en los países de la UE desde el año 2024.
Aquí en los Estados Unidos, en el último año los precios promedio aumentaron en un 50%.
Debido a que la enfermedad es altamente contagiosa y no tiene cura, la única solución que tiene un granjero cuando se detecta la gripe es eliminar el ganado aviar. Estados Unidos ha perdido 25 millones de gallinas ponedoras desde que comenzó el brote, aproximadamente el 8% del ganado del país. La granja Kakadoodle de Matteson, que producía 2,000 huevos a la semana, fue puesta en cuarentena durante 150 días después del brote del mes pasado, mientras que las aves restantes fueron sacrificadas.
Es imperativo que el gobierno tome medidas, en particular porque los científicos informan que la enfermedad también puede afectar a las vacas y, en casos raros, a los humanos.
Según la revista Nature, al menos 68 personas en Norteamérica se han enfermado por el virus. Y una persona ha muerto a causa de él.
Ahora es el momento de que la administración de Trump y los miembros responsables del Congreso le den al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) todo lo que necesita para resolver este problema y trabajar con los gobiernos de otras naciones para encontrar una solución.
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Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago