Zachary Piech y sus amigos estuvieron en Guaranteed Rate Field el martes por la noche para tener la oportunidad de presenciar la historia. No fue por una Serie Mundial ni por un juego clave de los playoffs, sino que los White Sox están al borde de poseer el peor récord en la historia del béisbol moderno.
Una derrota más les aseguraría ese vergonzoso título, superando las 120 derrotas de los New York Mets en 1962. El equipo buscó evitar establecer esa marca en casa contra los Los Angeles Angels.
Fue una noche extraña para los Sox. Después de un juego en gran parte sin anotaciones, los Angels tomaron la delantera en la séptima entrada y rápidamente pusieron el marcador en 2-0 en la parte superior de la octava entrada.
Pero los Sox se recuperaron para anotar tres carreras en la parte inferior de la octava y se quedaron con la victoria 3-2.
Para Piech y sus tres amigos, que condujeron desde el noroeste de Indiana, el juego del martes fue una oportunidad para por lo menos obtener una buena historia de lo que resultó ser una temporada históricamente abismal.
“Estoy listo para ver la historia, honestamente”, dijo el joven de 22 años. “Creo que será algo que pueda contarles a mis hijos y nietos, así que sería genial. No habrá Serie Mundial en un futuro cercano, así que nos conformaremos con esto”.
Los fanáticos de los White Sox se reúnen afuera del Guaranteed Rate Field antes del juego el martes.
Zubaer Khan/Sun-Times
El primer lanzamiento se retrasó más de una hora debido a la lluvia.
Incluso mientras llovía sobre el estadio, Piech y otros seguidores de los White Sox se reunieron en el estacionamiento, asando hot dogs y tocando música antes de tener la oportunidad de ver la historia.
Sin importar lo que sucediera el martes, los fanáticos no estaban optimistas de que el equipo evitara el récord con cinco juegos restantes en la temporada, y anticipaban que la montaña de derrotas al menos provocara cambios dentro de la organización.
Así es como Ryan Burns, de 35 años, abordó la potencial temporada récord del equipo. Burns, un fanático de los Sox de toda la vida, asistió al juego con su prometida y dos de sus hijos pequeños.
“Espero que sea una especie de llamada de atención para ellos”, dijo sobre las derrotas, y agregó que lo mejor de la temporada fue el tiempo que la familia pasó junta en los juegos. “Nos lo pasamos muy bien con los niños, eso es todo. Siempre es divertido salir. Aun así, solo queremos un mejor equipo al que apoyar”.
Otros fanáticos estaban visiblemente más frustrados con el récord del equipo. David Chaves, de 35 años, llevaba una bolsa de papel sobre la cabeza con el número 121 para representar lo “desconsolado” que estaba con los White Sox de este año.
“Estoy obsesionado con el béisbol y me rompe el corazón”, dijo sobre el desempeño del equipo este año. “Hace tres años, llegué a la serie de playoffs contra los Astros cuando ganaron la división, y es como, tres años después, ¿cómo llegamos a este punto?”
Piech y Chaves, quien vive en Gilberts y también es fanático de los Medias Blancas de mucho tiempo, culparon al dueño Jerry Reinsdorf por los problemas del equipo, diciendo que necesitaba invertir más dinero para mejorar el equipo o de lo contrario venderlo.
“Amo a este equipo, nunca dejaré de amarlo, y espero que algo cambie pronto, pero no veo que eso suceda”, dijo Chaves.
Andy Kobler, de 64 años, dijo que ha tenido boletos de temporada de los Medias Blancas durante los últimos cuatro años. Pero Kobler, que ha sido fanático desde 1970, dijo que no los renovaría para el próximo año después de esta temporada. Estuvo en el juego del martes para vivir la historia, dijo.
“Estoy aquí para el record, pero no me siento bien con todo esto”, dijo Kobler, agregando que no le importa si el equipo gana milagrosamente el resto de sus juegos. “Renuncié a ellos hace dos meses o probablemente más tiempo que eso”.
Vaughn Roland, de 35 años, que ha sido fanático de los Medias Blancas “desde que fui concebido”, dijo que estaba devastado por esta temporada.
“Normalmente, cuando comienza la temporada te sientes bien, ¿no? Y luego, poco a poco, empiezas a tener rachas de derrotas y las cosas empiezan a cambiar”, dijo. “Es horrible”.
Él cree que al equipo le vendría bien un cambio de dueño para darle un impulso a los fanáticos y a la organización.
A pesar de la vergüenza de la temporada, Kobler y otros fanáticos dijeron que nunca abandonarían al equipo.
“Voy a estar aquí pase lo que pase”, dijo Kobler. “Amo a los Medias Blancas”.
Traducido por La Voz Chicago