Las familias y el personal de siete escuelas chárter de Acero que están a punto de cerrar exigen que su administración privada mantenga las escuelas abiertas o que las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés) se hagan cargo de sus operaciones.
Esas comunidades escolares ocuparon un lugar destacado en los comentarios de los oradores públicos en la reunión de revisión de la agenda de la Junta de Educación del jueves, que es un adelanto de la reunión completa de la junta de la próxima semana.
“No soy un activista ni un actor político. No entiendo la política en torno a las escuelas chárter y no me importa, y a usted tampoco debería importarle”, dijo Stephanie Gómez, madre de tres niños en la escuela primaria Acero Esmeraldo Santiago en Humboldt Park. “Su responsabilidad es el bienestar de sus estudiantes, incluido el mío y el resto de los niños de Santiago y Acero”.
“Esta no es la historia normal de fracaso académico, sino el ciclo repetitivo de ocurrencia en las comunidades negras y latinas”, dijo. “Esto nunca sucederá en una escuela llena de niños blancos o ricos. ¿Por qué no se trata la educación de nuestros niños con la misma urgencia?”
Santiago está entre las siete escuelas que la administración de Acero anunció que cerrarían el próximo año escolar debido a limitaciones financieras. La red de escuelas chárter opera 15 campus y estas escuelas que cierran inscriben a unos 2,000 niños.
Las escuelas chárter están financiadas con fondos públicos pero administradas de forma privada. Son parte del sistema de CPS, pero tienen su propia junta y administración. La Junta de Educación y el director ejecutivo de CPS no tienen control directo sobre esas escuelas.
Pero el jueves, el director ejecutivo de CPS Pedro Martínez y los miembros de la junta escolar recién nombrados por el alcalde Brandon Johnson expresaron su preocupación por los cierres.
“Nos enteramos el mismo día que nuestra comunidad se enteró. Como se pueden imaginar, fue muy preocupante”, dijo Martínez.
Destacó que CPS acaba de aprobar el estado de Acero en 2023 por tres años hasta 2026. Agregó que actualizaría a la junta y al público sobre la situación a medida que sepa más.
“En este momento estamos en conversaciones para comprender lo que está sucediendo y comprender los desafíos”, dijo Martínez.
Iliana Castro, una maestra bilingüe en Cisneros cuya hija también asiste allí, dijo que “los educadores y los padres están devastados” por “perder no sólo una institución educativa crucial sino también un preciado centro comunitario”.
“Como niña que creció en esta comunidad, y ahora como maestra que sirve a esta misma comunidad, he visto de primera mano el papel vital que desempeña Acero Cisneros”, le dijo a la junta. “Es más que sólo una escuela. “Es el corazón de nuestro vecindario y un lugar de reunión que reúne a nuestras familias. Celebra nuestra herencia y brinda un sentido de estabilidad a nuestros estudiantes”.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago