Cantarle a la comunidad migrante a la que pertenecen ha sido una de las consignas clave de La Santa Cecilia desde sus inicios y ahora lo es más que nunca.
El grupo integrado por “La Marisoul” Hernández (voz), José “Pepe” Carlos (acordeón y requinto), Miguel “Oso” Ramírez (percusión) y Alex Bendaña (bajo), llegará a Chicago después de haber hecho su debut en el Teatro Metropolitan de la Ciudad de México el pasado 1 de marzo —donde quedó muy claro cuál es su compromiso con la comunidad migrante a la que representan.
“Somos mexicanos viviendo en Estados Unidos, chicanos, pochos, orgullosamente hijos de padres inmigrantes. Nosotros elegimos, como músicos, usar el amor, usar la música para abrazarnos y seguir luchando para seguir adelante. Todos merecemos vivir una vida en paz y con dignidad”, destacó Hernández, según reportaron medios mexicanos, antes de interpretar “Ice” (el hielo), canción que hace alusión a las detenciones y redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Un día antes de dicha presentación, Carlos comentó en entrevista para La Voz que dicha presentación los tenía emocionados. “Siempre es hermoso cómo la música nos ha llevado a conocer nuevos lugares y, como mexicanos, presentar nuestra música”.
Pepe Carlos, quien siempre hace énfasis de su identidad oaxaqueña y migrante, destacó que viviendo en Estados Unidos siempre ha tenido la música latinoamericana “en la sangre”.
Comentando sobre que la administración de Trump busca hacer del inglés el idioma oficial de Estados Unidos, el músico comentó que aunque políticamente lo que se vive es un tanto absurdo, al ser este un país conformado por inmigrantes, no hay un idioma específico.
“Uno ve la necesidad de agarrarse más de su raíz. Soy oaxaqueño y sabía que al emigrar a Estados Unidos era traerse todo. En mi casa todo era Oaxaca y hablamos zapoteco, mantenemos nuestra identidad’, precisó.
Con la situación actual del país donde las redadas han vuelto, su tema “Ice”, que grabaron hace 12 años y que forma parte de su disco “Treinta días” (2013) está más vigente que nunca.
“Para nosotros la música va de la mano de lo que pasa socialmente”, destacó Carlos a quien le entristece y le enoja la situación.
“Nos llena de tristeza [lo que está pasando]. Soy migrante, 30 años estuve viviendo sin documentos y esta canción refleja que no han cambiado las cosas. Se nos hace triste que no haya una reforma migratoria, se nos hace triste que no haya nada a favor de nuestra gente indocumentada. Siento que hay una persecución de nuestros paisanos, el temor que viven todos los días”, comentó.
Sin dejar a un lado su compromiso social, hacer música es para ellos una encomienda. Justo estrenaron su cumbia “Los años”, que incluirán en su próximo disco —que será el octavo de estudio y el décimo de su discografía, ya que tienen dos EP— y que ya han tocado en sus presentaciones en vivo por México. Es una oda a las relaciones de muchos años, ya sea de pareja o amistad.
“Habla de cómo mantener esa llama y esos sueños compartidos en una relación. Primero venía como un bolero y era muy hermoso, pero cuando le dimos el toque de cumbia cobró otra vía y es maravilloso cómo la gente ya la canta en toda la gira. Como mexicanos, como latinos, no hay nada mejor que nos represente que una cumbia”, destacó.
Y claro que la tocarán en su concierto en Chicago este 7 de marzo en el House of Blues, donde ya se habían presentado hace algunos años. Por estos lares no se presentaban desde hace seis meses, cuando compartieron programa con Julieta Venegas en Ravinia Festival, y ahora prometen poner a bailar.
“Afortunadamente andamos muy inspirados, esta gira nos tiene así y en Chicago nos permite conectar con nuestros paisanos”, agregó Carlos.
El cuarteto, que ya está cumpliendo 18 años de relación, está más sólido que nunca. El músico compartió que hace poco entre los cuatro integrantes reflexionaban sobre cómo decidieron dejar a un lado sus carreras para dedicarse a hacer música y lo afortunados que se sentían de gustarle al público tanto de Estados Unidos como de México.
“Entre nosotros ese fuego sigue encendido. Todavía nos llamamos para ir a comer, salimos, echamos carrilla como cualquier mexicano y somos muy honestos entre nosotros. También aceptamos nuestras ideas musicales aunque a veces no las incluyamos todas. Tenemos una de las relaciones más largas y todavía nos queremos un chingo. Somos muy bendecidos”, aseguró Carlos.