La Junta de Educación votó por unanimidad despedir al director ejecutivo de las Escuelas Públicas de Chicago, Pedro Martínez, durante una reunión especial extraordinaria el viernes por la noche después de una lucha de liderazgo de meses con el alcalde Brandon Johnson que ha envuelto al distrito escolar.
Sin embargo, la saga no parece encaminarse a una resolución inmediata, después de que Martínez presentó una demanda contra la Junta de Educación y sus siete miembros horas antes de la reunión. Pidió una orden de restricción temporal para evitar que la junta tomara medidas el viernes, pero no hubo tiempo suficiente para presentarse ante un juez antes de la reunión.
La demanda de 44 páginas de Martínez presentada en la Corte de Circuito del Condado de Cook alegaba que la junta y sus miembros individuales no cumplieron su contrato.
Al final de la reunión convocada apresuradamente cinco días antes de Navidad, la junta escolar nombrada por Johnson despidió a Martínez sin motivo, lo que activó una parte de su contrato que lo mantendrá en su trabajo de $360,706 al año durante seis meses. La junta dijo que las funciones de Martínez se modificarían, pero no explicó cómo. Después de ese período, Martínez recibirá 20 semanas de indemnización, lo que suma un total de $138,733.
En una conferencia de prensa después de la votación, Martínez dijo que “liderar el sistema que me formó ha sido la oportunidad de mi vida” y que estaba “decepcionado por la decisión de la junta esta noche”.
“Cuando escucho estas historias, me pregunto: ‘¿Con quién están hablando realmente?’”, dijo. “Este es un chico de CPS, graduado en 1987 en Pilsen. … ¿Con quién creen que están hablando?
“Por supuesto, me hubiera gustado ver mi contrato hasta el final, pero a lo largo de la saga… todo lo que he pedido es que si quieren seguir adelante sin mí, simplemente respeten los términos de mi contrato”, dijo Martínez. “Nunca cuestioné a una junta que quiera tener su propio líder”.
Subrayó que una transición sin problemas sería vital “en lugar de crear caos”.
El 15 de enero se pondrá en funciones una nueva junta escolar de 21 miembros, parcialmente electos y parcialmente nombrados. Cinco miembros que votaron a favor de despedir a Martínez fueron nombrados por el alcalde para que sigan en esa junta.
La junta está considerando instalar a Sean Harden —el escogido por Johnson para el nuevo presidente de la junta— como codirector ejecutivo interino durante ese tiempo para excluir a Martínez de las decisiones clave, dijeron tres fuentes al Chicago Sun-Times y a WBEZ. Las conversaciones son fluidas sobre quién exactamente intervendría y cuánto poder mantendría Martínez.
Dejar de lado a Martínez podría permitir a Johnson y a sus aliados del Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por sus siglas en inglés) avanzar con los temas que Martínez ha bloqueado: establecer un nuevo contrato sindical, incluir en las finanzas del sistema escolar un pago de pensión para el personal no docente de CPS y obtener un préstamo a corto plazo para cubrir un déficit presupuestario a mitad de año y así evitar recortes como despidos o descansos.
Pero la demanda sostiene que incluso si la junta lo mantiene en el cargo durante 180 días, seguirá violando su contrato si cambia su función sin su “acuerdo expreso por escrito”.
En una carta de cinco páginas enviada el viernes por la tarde, el abogado de Martínez, Bill Quinlan, pidió a la junta que cancelara o pospusiera la reunión y “no tomara ninguna medida para despedir al Sr. Martínez o disminuir su papel como director ejecutivo”, advirtiendo que “cualquier acción de ese tipo constituiría… un incumplimiento del contrato del Sr. Martínez con la junta”.
“Tal acción también sería contraria a los intereses de los niños y las familias a las que sirven CPS y la junta”, decía la carta.
Martínez platicó con los padres y se reunió con los funcionarios superiores de CPS fuera de la reunión del viernes por la noche en la oficina Colman del lado sur del distrito escolar en 4655 S. Dearborn St., donde las reuniones de la junta han sido en un antiguo auditorio escolar los últimos meses.
Fue el primero en tomar asiento en el escenario para la reunión. Su única interacción con los miembros de la junta a los que acababa de demandar fue saludar de mano a la vicepresidenta de la junta, Mary Gardner.
La reunión incluyó una hora de comentarios públicos animados y a veces duros, en su mayoría de funcionarios electos tanto a favor como en contra de Martínez, ante una audiencia repleta. La junta pasó a una sesión a puertas cerradas alrededor de las 7:30 p.m. para discutir el futuro de Martínez.
El director ejecutivo y los miembros de la junta caminaron por un pasillo sin hablar entre sí. Una vez que llegaron a la sala de sesiones ejecutivas, Martínez y otros altos funcionarios de CPS fueron dirigidos a una sala diferente para que la junta pudiera reunirse por separado.
La junta salió después de una hora y media y votó para despedir al director. Una fuente cercana a Martínez dijo que la junta no alertó a Martínez antes de realizar la votación pública; se enteró con todos los demás asistentes.
Los miembros de la junta se negaron a responder preguntas después de la reunión. Un grupo de periodistas le preguntó a un miembro, Frank Niles Thomas, si estaba preocupado por la demanda de Martínez y respondió: “No, no lo estoy”.
El Chicago Sun-Times y WBEZ reportaron por primera vez en agosto que la administración del alcalde estaba sentando las bases para reemplazar a Martínez.
Los alcaldes de Chicago han tenido la capacidad de contratar y reemplazar al director ejecutivo de las escuelas a través de su Junta de Educación nombrada desde 1995, cuando los legisladores estatales le dieron al Ayuntamiento el control de CPS. Este nivel de acritud por una transición no tiene precedentes.
Johnson optó por mantener a Martínez cuando fue elegido, pero decidió hacer un cambio este año después de que el director ejecutivo de CPS chocara con el alcalde y el sindicato de maestros por un déficit presupuestario, el pago de pensiones y un nuevo contrato sindical.
Es la primera vez que un alcalde ha intentado destituir a un director de escuelas durante las negociaciones de CTU. Martínez se ha negado a renunciar o aceptar una indemnización, lo que también marca la oposición más significativa que un director ejecutivo de CPS ha montado para ser reemplazado.
La Junta de Educación tiene el derecho de despedir a Martínez sin una razón: su contrato solo requiere un aviso de seis meses, 20 semanas de indemnización y que siga siendo director ejecutivo durante ese tiempo “para garantizar una transición tranquila y estable”. El contrato de cinco años de Martínez se extiende hasta el 30 de junio de 2026.
“La junta, sus designados y el director ejecutivo trabajarán en colaboración para desarrollar e implementar un plan de transición que garantice la estabilidad de la junta y de los estudiantes, las familias y el personal del distrito”, dice el contrato de Martínez.
La junta y la alcaldía habían considerado durante mucho tiempo que esa vía sería la que evitaría una demanda. Pero el abogado de Martínez ahora argumenta que incluso despedir al director ejecutivo sin causa podría violar su contrato si se instala un codirector ejecutivo y el papel de Martínez se limita en esos seis meses.
La demanda de Martínez alegó que miembros individuales de la junta actuaron fuera de sus deberes para incumplir su contrato. Dijo que sus acciones resultaron en “daño a su reputación, carrera y perspectivas profesionales” y “daños emocionales”.
Johnson y la junta escolar probablemente hubieran preferido expulsar a Martínez antes. Pero la Junta de Educación de la ex alcaldesa Lori Lightfoot modificó el contrato de Martínez en diciembre de 2022, en sus últimos meses en el cargo, para exigir un aviso de despido sin causa con seis meses de antelación.
Traducido por Jackie Serrato, La Voz Chicago