Los huevos eran la comida predilecta de Salvador Aguado cuando cocinaba para sus nietos.
Pero este residente del lado sur de Chicago, de 51 años de edad, no ha comprado huevos en más de un mes debido al gran aumento de los precios, que le está costando demasiado dinero.
“El precio de los huevos es ridículo”, declaró Aguado al Sun-Times el sábado. “Entiendo que los precios puedan subir un poco, pero no así… Supongo que así es la vida. ¿Qué le vamos a hacer?”.
El sector agrícola prevé que los precios de los huevos aumente un 41% este año, comparado al promedio del año pasado de $3.17 por docena. El último Índice de Precios al Consumidor (IPC) mensual revela que en febrero una docena de huevos de grado A costaba un promedio de $5.90 en las ciudades de Estados Unidos, superando el precio récord de enero de $4.95.
El reverendo Charlie Dates, pastor principal de ambas iglesias, encabezó la iniciativa y afirmó que las iglesias compraron huevos al distribuidor mayorista Sysco por “docenas de miles de dólares” con la contribución de los feligreses y las iglesias. Esperaba que una caja llegara a al menos 3,000 hogares.
“Honestamente, no podemos esperar a que nadie solucione esto para nuestra gente. La iglesia afroamericana históricamente ha buscado ayudar a las familias necesitadas”, destacó Dates. “Incluso cuando al gobierno no le importaban las familias marginadas, a nosotros sí”.
La tarde del sábado, Shannon Strong, residente de Englewood de toda la vida, también estaba haciendo fila para recibir huevos. Dijo que también ha tenido que eliminar los huevos de su lista de compras, y en ocasiones, también otros productos.
Espera que pronto el precio de los huevos baje a $3 por cartón.
“Ha sido muy difícil, sobre todo conseguir cosas que uno normalmente compra”, dijo Strong, de 42 años de edad. “Algunos de nosotros estamos lidiando con el trabajo y los horarios; incluso si los precios bajaran un poco, sería genial”.
Para preparar el evento, los voluntarios pasaron 12 horas el viernes cargando los huevos en camiones en la Iglesia House of Hope, ubicada en 752 E. 114th St., antes de salir el sábado por la tarde para distribuirlos durante dos horas en los vecindarios de Englewood, Fuller Park, Douglas y Roseland, además de la sede de Chatham.
Tracey Marcus, residente de Chatham de 57 años de edad, comentó que tuvo la suerte de poder afrontar los aumentos de precios que se vieron en los supermercados de todo el país, por lo que quiso contribuir con la iglesia de la que forma parte desde 2016.
“Nuestra comunidad necesita mucho”, destacó Marcus. “Sólo intentamos que la situación sea un poco más llevadera … La gente está sufriendo, así que espero que esto ayude un poco”.
Si bien Dates afirmó que él y su comunidad eclesiástica estaban entusiasmados por contribuir a la comunidad, otros también debían intervenir, en particular el gobierno, que ha sufrido recortes significativos en las redes y servicios de seguridad social por parte de la administración de Trump en las últimas semanas.
A pesar de ello, Dates animó a las personas a mantenerse fuertes y apoyarse mutuamente, en particular a sus comunidades religiosas, en momentos de necesidad.
“En este momento de desesperación y desánimo, [espero que la gente vea] que nunca estamos perdidos ni desesperanzados”, compartió Dates. “Pero si podemos hacer esto, ¿cuánto más puede hacer nuestro fuerte gobierno para intervenir y ayudar a quienes lo necesitan? Creo que todo empieza por preocuparse por las personas, especialmente a nivel nacional”.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago