Un alto funcionario de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés) recomienda cerrar sólo dos de los siete campus chárter de Acero programados para cerrar y luego considerar si hacerse cargo de las otras cinco escuelas en dos años, argumentando que eso podría reducir los efectos en las familias y al mismo tiempo borrar el déficit financiero de la organización chárter.
Ese camino fue una de las cinco opciones que los líderes de CPS presentaron a los miembros de la Junta de Educación el jueves sobre cómo abordar los cierres propuestos.
Otras incluían que el distrito escolar se hiciera cargo de las operaciones de las escuelas chárter financiadas con fondos públicos pero administradas de forma privada, permitiendo que todas ellas cierren o proporcionando más fondos para mantener abiertas las siete escuelas durante al menos dos años más.
Muchas reuniones de la junta han estado llenas de padres, estudiantes y personal de Acero denunciando los cierres, que serían los más grandes de Chicago desde que se cerraron 50 escuelas en 2013, y pidiendo al distrito que intervenga.
Los miembros de la junta escolar también han sido muy críticos con Acero, hasta el punto de que la red de escuelas chárter amenazó con emprender acciones legales contra la junta la semana pasada por comentarios “difamatorios” e “imprudentes”.
La junta ha exigido que los líderes de CPS propongan soluciones alternativas a los problemas financieros citados de la red de escuelas chárter Acero.
Pero los cierres de Acero se han convertido en un tema clave en la lucha en curso entre el alcalde Brandon Johnson y el director ejecutivo de CPS, Pedro Martínez.
El mes pasado, la junta seleccionada por Johnson eliminó una presentación de CPS de varias soluciones de la agenda de una reunión, frustrando a los funcionarios del distrito. Esa presentación se realizó en la reunión del jueves.
“Lo que hemos escuchado de las familias es que no deberíamos cerrar los campus”, destacó el alto funcionario de CPS Alfonso Carmona a la Junta de Educación. “Entonces, cuando pienso en [permitir que Acero cierre las siete escuelas], la opción que históricamente hemos elegido en el pasado para las escuelas chárter, esa es una opción que honestamente, en mi opinión, debería eliminarse de la ecuación”.
Pero los déficits financieros proyectados de Acero que se han citado en la decisión de cerrar las escuelas requieren acción, señaló Carmona.
La absorción de las escuelas por parte de CPS podría costar hasta $28 millones, precisó.
Alternativamente, dar a Acero más dinero en efectivo para mantener en funcionamiento las siete requeriría cerca de $3.2 millones. Pero esa sería una solución temporal por solo un año, y crearía un precedente de que CPS intervendría para proporcionar más fondos a los operadores de escuelas chárter que enfrentan dificultades financieras, dijeron los funcionarios.
Por lo tanto, Carmona recomendó el cierre del campus Octavio Paz en La Villita, una escuela primaria de 98 estudiantes, y Cruz, una escuela de kínder a doceavo grado en Rogers Park que tiene 542 alumnos.
Carmona dijo que esas dos escuelas son las principales contribuyentes al déficit financiero proyectado de Acero, que predijo que podría desaparecer por completo si cerraran. Según este plan, CPS proporcionará a Acero poco o nada de dinero adicional para mantener en funcionamiento las otras cinco escuelas durante dos años y luego consideraría hacerse cargo de ellas en 2026.
No está claro si los funcionarios de Acero estarían de acuerdo con alguno de estos planes. CPS y la junta escolar no tienen la autoridad para obligar a Acero a mantener abiertas sus escuelas. Pero los funcionarios del distrito y del operador de la escuela chárter han expresado su voluntad de trabajar juntos para encontrar una solución.
La Junta de Educación no votó sobre ninguno de los cinco caminos a seguir, pero algunos miembros de la junta dijeron que les gustaría avanzar rápidamente.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago