Para Jesús Macías, su madre era su mundo.
Durante las fiestas, hacía el viaje desde Cherry Valley, un pueblo en las afueras de Rockford, hasta el estado mexicano de Zacatecas para poder celebrar juntos. Pero el viaje de este año dio un giro trágico.
El 30 de diciembre, Macías, de 61 años de edad, conducía con su madre, su esposa y su hijo pequeño por una carretera cerca de Villanueva, Zacatecas, cuando se toparon con un retén armado que no parecía haber sido instalado por las fuerzas del orden de México.
Macías decidió no detenerse porque no le gustaba el aspecto de los hombres que le ordenaban que se detuviera y temía por su familia. Abrieron fuego y alcanzaron a Macías, que murió en los brazos de su madre, según dijo su familia.
“Ella nunca olvidará lo que pasó”, dijo Julie Contreras, fundadora de United Giving Hope, quien aboga por la familia.
Ahora, la familia de Macías está pidiendo a las autoridades de México y Estados Unidos que encuentren a sus asesinos y que el gobierno mexicano haga más para proteger a los muchos ciudadanos mexicanos que regresan al país desde Estados Unidos para las vacaciones.
“Fue una figura paterna para mí y para muchos de nosotros”, dijo Lucero Rivas, sobrina de Macías, en una conferencia de prensa el domingo. “Era un hombre muy bueno, muy trabajador y no es justo que le haya pasado esto. Hay que hacer algo al respecto”.
Macías y su familia regresaban después de recoger una estufa para su madre cuando se encontraron con el reténl, dijo su familia, añadiendo que creen que el puesto de control fue instalado por un cártel de la droga.
Las autoridades de Zacatecas dijeron que una investigación preliminar determinó que el incidente ocurrió al otro lado de la frontera estatal en la cercana Huacasco, Jalisco, y los funcionarios de ese estado están liderando la investigación. No se han reportado arrestos.
Macías, que vivía en Cherry Valley, a unas 76 millas al noroeste de Chicago, nació en Huacasco y más tarde se hizo ciudadano estadounidense. Le sobreviven su esposa, cinco hijos y cuatro hermanas, según su obituario.
“Jesús realmente era un hombre de varios oficios, tenía pasión por cultivar su huerto, sus habilidades de contratista general y su experiencia mecánica al reparar los autos de su familia”, dice su obituario. “Jesús también era muy amable y querido por su comunidad. Sus compañeros de trabajo lo conocían por su humildad”.
El tiroteo en Zacatecas es el segundo en las últimas semanas que involucra a una familia del área de Chicago.
Vicente Peña Jr., de 38 años de edad, y Antonio “Tony” Fernández, de 44, ambos de Logan Square, murieron en un ataque ocurrido el 27 de diciembre en Santiago Papasquiaro, Durango.
El hijo de Peña, de 14 años de edad, resultó gravemente herido en el tiroteo. Jorge Eduardo Vargas Aguirre, de 22 años, y quien era de México, también recibió un disparo mortal.
El joven de 14 años sigue en estado grave, pero ahora está recibiendo atención médica en un hospital de Estados Unidos, según Contreras, que trabajó para que el niño regresara al país.
El lunes, el fiscal general del estado de Durango anunció el arresto y la condena de un hombre llamado Iram Uranga Armendáriz por el tiroteo del 27 de diciembre. Los fiscales dijeron que el incidente fue provocado por una disputa sobre un acuerdo de terrenos.
Armendáriz fue arrestado el sábado y luego de aceptar un proceso judicial abreviado a cambio de menos tiempo en prisión, fue sentenciado a más de 66 años.
Contreras, cuya organización sin fines de lucro trabaja en Estados Unidos, México, Centro y Sudamérica y otros países, dijo que la familia quiere que el caso de Macías se investigue con la misma rapidez. Pidió al gobierno mexicano que haga más para detener la violencia en el país y pidió al Departamento de Estado de Estados Unidos que investigue el asesinato de Macías.
“La presidenta Claudia Sheinbaum anunció en octubre de 2024 que estaba implementando un plan de seguridad que se centraría en la violencia”, destacó Contreras en un comunicado, refiriéndose al jefe de Estado mexicano. “Bueno, ese plan no ha logrado asegurar la vida de Jesús Macías y muchos otros ciudadanos estadounidenses que visitan México”.
En un comunicado, un portavoz del Departamento de Estado dijo que el departamento estaba al tanto de la muerte de un ciudadano estadounidense en Zacatecas, pero no proporcionó más comentarios “por respeto a la privacidad de la familia y los seres queridos durante este momento difícil”.
Contreras dijo que la familia y los representantes del Departamento de Estado tienen previsto reunirse para tratar el incidente. “Se debe hacer justicia”, enfatizó Contreras. “Es un ciudadano estadounidense y su vida nos importa”.
El cuerpo de Macías será enviado a Rockford, donde el miércoles se realizará su funeral.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago