Treinta empleados del Chicago Sun-Times (aproximadamente 1 de cada 5 en su nómina) aceptaron renunciar bajo las condiciones de oferta de renuncia (“buyout”) ofrecidas por la organización sin fines de lucro propietaria del periódico con la esperanza de solventar los persistentes déficits financieros.
Las salidas son principalmente de periodistas y editores, muchos de ellos con décadas de experiencia. Los recortes son los más drásticos que ha enfrentado el Sun-Times, que frecuentemente ha estado en riesgo durante varios años, y traerán cambios notables en su contenido, aunque sus altos directivos afirmaron que las indemnizaciones garantizan que no habrá despidos en el futuro cercano.
Entre quienes se van se encuentra la mayor parte del consejo editorial del periódico. La editora de la sección editorial, Lorraine Forte, y los miembros de la junta directiva, Tom Frisbie y Marlen García, se van, lo que ha generado especulaciones entre el personal sobre la posibilidad de que el Sun-Times ya no publique editoriales que reflejen las opiniones de los miembros de la junta sobre diversos temas. La dirección de la compañía no confirmó este plan. De implementarse, será una ruptura sustancial con la tradición periodística.
Los columnistas deportivos Rick Morrissey y Rick Telander aceptaron el acuerdo de salida. Su trabajo ha liderado la cobertura deportiva diaria, una base tradicional para un periódico y una importante fuente de lectores digitales. Mark Potash, redactor de los Bears, y Daryl Van Schouwen, redactor de los White Sox, también dejarán su puesto. Por otra parte, Annie Costabile, quien ha profundizado la cobertura de los deportes femeninos, renunció.
Otras salidas incluyen la del columnista de consejos Ismael Pérez y la del editor adjunto de reportajes Darel Jevens. La veterana columnista Michael Sneed dejará el periódico tras 58 años de experiencia periodística.
El editor adjunto de noticias de última hora y ex editor político Scott Fornek, el editor de seguridad pública y justicia Dan Haar y el editor adjunto de política y gobierno John O’Neill, todos ellos involucrados en asignaciones y edición de textos, informaron que se encuentran entre quienes dejan el periódico, además del crítico de cine Richard Roeper.
Las personas mencionadas en esta noticia confirmaron sus salidas en entrevistas o publicaciones en redes sociales. Se espera que otros empleados destacados hagan sus propios anuncios. El martes venció el plazo para que la empresa comunicara si sus ofertas de renuncia habían sido aceptadas. Chicago Public Media, propietaria del Sun-Times y de la emisora de radio pública WBEZ, inició los “buyouts” a finales de enero para afrontar un precario presupuesto: la expiración prevista de las subvenciones a finales de 2026.
El número de empleados de la empresa que aceptaron la oferta se desglosa de la siguiente manera: 35 trabajadores de Chicago Public Media se marchan, 30 de ellos del Sun-Times y cinco de WBEZ.
De los recortes del Sun-Times, 23 corresponden a la redacción. La plantilla editorial actual del Sun-Times es de aproximadamente 107 personas, incluyendo personal sindicalizado y no sindicalizado.
Las operaciones del Sun-Times y WBEZ se fusionaron en 2022, obteniendo $61 millones procedentes de fundaciones y donantes individuales. El dinero tenía como objetivo estabilizar las operaciones durante cinco años mientras se concretaban las estrategias de ingresos. Un asesor del acuerdo lo calificó de “matrimonio con dote”. Y los analistas de medios afirmaron que se trataba de un nuevo intento por impulsar el periodismo local. La idea era combinar la capacidad de recaudación de fondos de WBEZ con la audiencia mucho mayor del Sun-Times.
Melissa Bell, directora ejecutiva de Chicago Public Media, declaró el martes en una entrevista que el Sun-Times, que depende de las membresías, las suscripciones impresas y los ingresos por publicidad, aún no ha recibido suficiente dinero de los donantes habituales para compensar las pérdidas. En 2022, el periódico eliminó su muro de pago en su sitio web con la esperanza de aumentar la audiencia y fomentar las contribuciones para garantizar que su cobertura siguiera siendo gratis para todos los lectores.
Bell, cofundadora del sitio web de periodismo explicativo Vox.com, asumió la dirección ejecutiva en septiembre pasado y, luego de unos meses, comenzó a hablar sobre la necesidad de realizar recortes.
Bell confirmó el número de personas que se marcharon, pero se negó a revelar quiénes eran. Aseguró que las salidas le ahorrarán a la compañía $4.2 millones anuales, un objetivo que satisface a su junta directiva. Aseguró que no hay más despidos previstos.
Había advertido a los empleados que era posible que se produjeran despidos si suficientes empleados no aceptaban la oferta de renuncia, en la que las empresas ofrecen beneficios adicionales a quienes se ofrecen voluntariamente a renunciar. En el caso del Sun-Times, se ofreció a los trabajadores hasta 24 semanas de indemnización por despido y una bonificación de hasta $12,500, según la antigüedad.
“Me siento muy agradecida de haber logrado nuestro objetivo”, dijo. “Necesitamos garantizar un periodismo público independiente para la ciudad, y creo que podemos lograrlo”.
Bell no quiso hablar sobre cambios específicos en el contenido del Sun-Times.
“Necesitamos reflexionar esta semana y después tomar decisiones sobre cómo proceder”, dijo. Al preguntarle sobre las renuncias de editorialistas y columnistas deportivos, Bell comentó: “El análisis y la opinión sólidos siempre han formado parte del Sun-Times. Seguimos creyendo firmemente en esas dos misiones”.
Sin embargo, su actitud y táctica han suscitado críticas de los empleados de una plantilla con una fuerte presencia sindical. El personal de la sala de redacción del Sun-Times, miembro del Chicago News Guild, criticó a Bell por presionar a favor de las indemnizaciones, ignorando una estructura de gestión que consideran excesivamente alta.
Bell ha declarado en reuniones con empleados que algunos puestos vacantes en la alta dirección no se cubrirán. Aseguró que ciertos gerentes de Chicago Public Media recibirán aumentos salariales diferidos este año. Añadió que los aumentos para los empleados de diversos niveles ayudarán a la empresa a avanzar hacia objetivos a largo plazo.
Nader Issa, copresidente de la unidad de negociación del News Guild en el Sun-Times, afirmó que los empleados tienen inquietudes sobre las estrategias de ingresos. “Sin duda, nos ha preocupado la cantidad de recortes” declaró, calificando las indemnizaciones de “una drástica reducción de personal”.
Mitch Armentrout, también copresidente de la unidad, declaró: “Mucha gente siente que quienes mandan no conocen del todo el Sun-Times ni lo que ofrece”.
Issa y Armentrout son reporteros del Sun-Times y no aceptaron la oferta.
El lunes, encabezaron una protesta de más de 40 miembros del sindicato, incluyendo trabajadores de WBEZ pertenecientes a SAG-AFTRA, en las oficinas de la compañía en Navy Pier. Hicieron fila frente a una reunión de la junta directiva de Chicago Public Media con pancartas de protesta por los recortes.
“El mensaje fue que ya han recortado bastante, y ahora estamos perdiendo a colegas muy queridos y valiosos. Estamos cansados de perder gente”, destacó Issa.
El año pasado, la redacción de WBEZ sufrió despidos significativos.
En medio de una oleada de salidas, se espera que la mayoría dejen sus trabajos el viernes. A algunos se les ha pedido que continúen trabajando hasta el 15 de mayo o más tarde para facilitar la transición.
A lo largo de los años, el Sun-Times ha sufrido numerosos recortes de personal. Pero con una propiedad más estable y con mayor espíritu de servicio —primero por parte de inversores privados y luego con la conversión en 2022 a organización sin fines de lucro—, la plantilla ha ido aumentando gradualmente.
Sin embargo, la nueva ronda de buyouts representa las reducciones más drásticas que el periódico ha enfrentado desde 2013-2014, un período que incluyó el despido en un día de 28 fotógrafos, casi la totalidad de la plantilla, del Sun-Times y periódicos suburbanos que anteriormente poseía. El despido masivo fue noticia nacional.
Recibió mucha menos atención una batalla legal liderada por el sindicato que llevó a la recontratación de algunos fotógrafos. Pero en 2014, el Sun-Times presentó una oferta de renuncia que provocó la salida de muchos miembros del personal de alto nivel.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago