WASHINGTON, D.C. — El día antes de la toma de posesión de Donald Trump, el alcalde Brandon Johnson —que se encontraba en Washington para una conferencia de alcaldes— y el gobernador JB Pritzker —que celebraba su 60° cumpleaños— se reunieron en una llamada telefónica el domingo por la mañana para comparar impresiones sobre las respuestas de la ciudad y el estado para lo que puede ser un camino rocoso sin precedentes que se avecina.
En cuanto a reunirse con Trump, cuya hostilidad hacia Chicago se remonta a su primera candidatura a la presidencia, Johnson le dijo al Sun-Times: “Trabajaremos arduamente para asegurarnos de que eso suceda”.
Antes de realizar cualquier reunión, la primera orden del día para la ciudad y el estado será abordar las esperadas redadas de deportación de Trump en el área de Chicago.
“Muy pronto, comenzaremos la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”, dijo triunfante Trump en su mitin de campaña previo a su toma de posesión en el Capital One Arena, retratando a todos los migrantes que han inundado los Estados Unidos como criminales, lo cual no es cierto, y a las principales ciudades gobernadas por los demócratas como plagadas de delincuencia.
Trump destacó los crímenes cometidos por migrantes, y utilizó esas tragedias para manchar a todos los que están en Estados Unidos ilegalmente. En comparación con los últimos cinco años, los delitos violentos en Chicago han disminuido.
Y aunque no se sabe cuándo los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de Trump llegarán a Chicago —hay algunos informes de que podría ser tan pronto como el martes, y un informe de que el día se cambió después de que se filtrara la noticia de las redadas—, la ciudad y el estado saben que podrían llegar poco después de que Trump se instale en la Oficina Oval.
“Hay gente en nuestras ciudades que está llena de ansiedad y cierto nivel de inquietud”, destacó Johnson en comentarios que pronunció en una sesión de la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos.
Después, Johnson habló sobre la nueva administración de Trump que comienza al mediodía del lunes. Trump en el mitin subrayó su promesa de firmar una multitud de órdenes ejecutivas en cuestión de horas después de regresar a la Casa Blanca, incluidas las relacionadas con la inmigración, la frontera, la eliminación de varias órdenes ejecutivas del presidente Joe Biden y el restablecimiento de algunas que Trump puso en marcha en su primer mandato.
Johnson dijo que recibiría con agrado una reunión con Trump y que los funcionarios del Ayuntamiento estaban listos el lunes para analizar las órdenes ejecutivas que Trump firmará para comenzar a determinar lo que podrían significar para la ciudad.
El alcalde agregó que “tuvo una gran conversación con el gobernador esta mañana… sobre varias cosas, pero más específicamente sobre mantener nuestra posición firme de ser un santuario como estado y como ciudad”.
“Es bastante sencillo. Tenemos una ordenanza que defendemos. Es una ordenanza de ciudad acogedora. Por supuesto, trabajamos arduamente para asegurarnos de que esa ordenanza no se viera comprometida, y la gran mayoría del Concejo Municipal dijo abrumadoramente que no es responsabilidad de las fuerzas del orden locales comportarse, comportarse como agentes federales”.
Johnson se refería a una iniciativa fallida de dos concejales para instalar excepciones a la ordenanza de ciudad acogedora que habría dado a la Policía de Chicago el poder de cooperar con los funcionarios federales de inmigración. La semana pasada se archivó con una votación de 39 votos en contra y 11 a favor.
Sobre la llamada con Pritzker, el alcalde dio más detalles.
Dijo que le deseó un feliz cumpleaños a Pritzker y “le agradeció por su firme posición” en cuanto a que Illinois siga siendo un estado santuario. “Le agradecí por eso. Y luego hablamos sobre cómo tenemos que seguir colaborando para garantizar que todos nuestros residentes en todo el estado de Illinois reciban todo el apoyo, y particularmente la gente trabajadora en este momento”.
El domingo, el gobernador destacó en una publicación: “Que no haya ninguna duda de que defenderemos a todos nuestros niños y familias. Seguiremos nuestras leyes estatales que protegen a las comunidades migrantes que viven, trabajan y prosperan en Illinois”.
Un complemento a la ordenanza de Ciudad Acogedora de Chicago es la Ley de Confianza de Illinois, que prohíbe que los agentes de policía locales sean utilizados para hacer cumplir las leyes de inmigración.
Estoy de acuerdo con un punto que Johnson mencionó sobre lo que con frecuencia se omite en la conversación: nadie está defendiendo a las personas que están en los Estados Unidos ilegalmente y que cometen crímenes horrendos, aunque Trump intente hacerlo parecer así.
Johnson agregó: “No sé por qué se está perdiendo (…). Lo dejé muy claro: las personas que están aquí sin documentos y cometen un delito y son condenadas por ese delito, la ley federal dicta lo que les sucede, no el alcalde de Chicago, ¿verdad? Y esta es la parte en la que encuentro, francamente, que es un ejercicio innecesario tener algún tipo de ida y vuelta entre la ley federal y nuestra ordenanza local.
“Todo lo que decimos simplemente es que, como espacio santuario, no estamos pidiendo a los agentes de policía que hagan el trabajo del gobierno federal”.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago