El miércoles, la primera junta escolar parcialmente elegida de Chicago prestó juramento, lo que marca un momento histórico después de casi dos décadas de activismo de padres de base y debates en la legislatura estatal sobre si los votantes deberían decidir la dirección de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés).
Los nuevos miembros de la junta prestaron juramento y se reunieron por primera vez en medio de unos meses tumultuosos para la Junta de Educación y el distrito escolar, pero las divisiones políticas que han dominado ese período dieron paso en gran medida a la celebración.
El presidente de la junta, Sean Harden, quien fue designado por el alcalde Brandon Johnson en diciembre, felicitó a los nuevos miembros por “ser parte de la historia como miembros de la junta escolar pública más grande de los Estados Unidos”.
“Los estudiantes y las familias de toda la ciudad de Chicago tienen una junta que refleja sus vecindarios y sus mejores intereses”, dijo Harden. “Soy increíblemente optimista sobre el futuro del distrito y espero construir nuevas relaciones, desarrollar consenso con mis compañeros miembros de la junta y mantener a los estudiantes y las familias en el centro de nuestro trabajo (…). Tenemos una oportunidad increíble de crear un ambiente educativo que no tiene comparación en los Estados Unidos”.
Sólo 20 miembros —10 electos y 10 designados por el alcalde— participaron en la reunión del lunes, que sirvió como el avance mensual de las propuestas del distrito que se considerarán en la reunión regular de la junta el 30 de enero. La oficina del alcalde aún no ha nombrado a su onceavo designado para completar la junta de 21 miembros.
Los miembros de la junta ingresaron a la sala de juntas recientemente renovada en el sótano de la sede central de CPS en el centro de la ciudad, algunos tomándose fotos con los padres y otros disfrutando de su nuevo espacio de reunión. La miembro electa Yesenia López posó para fotos en su asiento con sus familiares durante el intermedio de la reunión.
Incluso el director ejecutivo de CPS, Pedro Martínez, sonrió y se rió. Se ha mostrado moderado en las últimas semanas mientras enfrentaba críticas públicas y fue despedido por la junta el mes pasado.
“Me encantan sus nuevas oficinas. Parece una nave espacial”, dijo más tarde Allison Jack, funcionaria de la Red de Escuelas Chárter de Illinois, a la junta al final de sus comentarios públicos.
Che “Rhymefest” Smith, el filántropo y rapero ganador del premio Grammy, estuvo entre los nuevos miembros de la junta más populares que fueron solicitados para tomarse fotos. Smith, elegido en el Distrito 10, recibió fuertes ovaciones cuando tomó su turno entre los 20 miembros de la junta que hicieron breves comentarios después de su juramentación.
“Viajar por el mundo, vivir en diferentes partes del mundo, poder ganar premios de la Academia y premios Grammy, eso no fue lo más bello de mi vida”, dijo Smith.
“Lo más bello de mi vida es ser elegido por una comunidad que considera apropiado tener una nueva era en la educación y que puede ver lo que pueden ser las Escuelas Públicas de Chicago”, aseguró.
La miembro de la junta, Norma Ríos-Sierra, designada por la alcaldesa en el Distrito 3, dijo: “Hoy se marca un nuevo capítulo de esperanza”.
“[Durante] demasiado tiempo, nuestras familias se han enfrentado a barreras sistémicas e innumerables desigualdades en nuestro sistema educativo”.
Aaron “Jitu” Brown, activista de muchos años que ganó las elecciones del Distrito 5, reflexionó sobre el trabajo que se hizo para que la junta escolar electa fuera una realidad.
“Gracias a todos los que creyeron en este momento”, dijo. “Hay una frase: ‘primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan, al final tú ganas’. En 2006, cuando repartimos peticiones en el desfile del Día de Bud Billiken, se rieron de nosotros. Cuando demostramos en 2014 que el 90% de Chicago quería una junta escolar electa, nos atacaron. Y hoy, estamos sentados aquí”.
“Es un honor para mí estar aquí”, destacó Brown. “Estoy firmemente comprometido a ganarme el respeto de los niños de la ciudad de Chicago, poder mirarlos a la cara y decirles: ‘Les estamos dando un sistema escolar equitativo’”.
La presidenta del Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por sus siglas en inglés), Stacy Davis Gates, dijo a la junta y a la audiencia en sus comentarios públicos que quería “pedir disculpas por haberme emocionado en este momento”, recordando los esfuerzos del CTU por crear una junta escolar electa, incluidas sus campañas de tocar puerta a puerta con Brown.
“Sé a ciencia cierta que vamos a transformar las Escuelas Públicas de Chicago en un lugar que brinde una educación equitativa y justa sin importar en qué vecindario vivan”, aseguró Davis Gates.
Hubo sólo dos breves indicios de las divisiones que han envuelto a la junta y a CPS.
El primero se produjo a los 40 minutos de la reunión, cuando hubo una votación dividida para la vicepresidencia de la junta. Jessica Biggs, una independiente que ganó la elección en el Distrito 6, fue nominada contra Olga Bautista, una nombrada por el alcalde. Bautista ganó 12-7 en una votación que se desarrolló en gran medida en líneas políticas del año pasado, con candidatos respaldados por el CTU o nombrados por el alcalde votando por Bautista y oponentes por Biggs.
Ellen Rosenfeld, quien criticó al alcalde y al CTU en su exitosa campaña por el Distrito 4, telegrafió sus sentimientos al emitir su voto: “Voy a votar por Jessica Biggs. Ojalá pudiera decirles por qué”.
El otro momento delicado fue cuando la presidenta de la división de escuelas chárter del CTU, Jennifer Conant, criticó un intento de los miembros electos anti-CTU el mes pasado de retrasar decisiones importantes, incluidos los esfuerzos para intervenir en los cierres de las escuelas chárter Acero. La junta de siete miembros designada por Johnson siguió adelante y votó para salvar las escuelas de todos modos.
“El mes pasado, algunos de los que hoy están sentados abogaron por que la Junta de Educación esperara y no hiciera nada sobre el cierre de las escuelas Acero”, enfatizó Conant.
“Pero los padres y educadores lucharon arduamente para que se votara una decisión lo antes posible. Y estamos agradecidos de que la junta votara en diciembre para salvar al menos cinco de las siete escuelas del cierre. La falta de acción hubiese hecho que perdieran aún más familias y maestros debido a la incertidumbre que ha creado Acero, lo que probablemente arruinaría los esfuerzos por salvar esas escuelas”.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago