A Danny Solís le quedaba poco más de una hora antes de poder finalmente dejar el estrado de testigos el martes en el juicio del ex Presidente de la Cámara de Representantes de Illinois Michael J. Madigan, pero los fiscales tenían más preguntas.
Y una de ellas resultó ser sobre el ex Concejal de Chicago encarcelado Edward M. Burke (distrito 14).
“¿Grabaron a un funcionario de alto rango en Chicago?”, le preguntó la fiscal federal adjunta Diane MacArthur a Solís frente al jurado de Madigan el martes, sin mencionar a Burke por su nombre. “¿Fue ese funcionario de alto rango finalmente acusado?”.
Solís respondió “sí” a ambas preguntas. Al hacerlo, les dio a los jurados un poco más de información sobre la amplitud de la investigación que llevó al juicio por conspiración de extorsión de Madigan, mismo que el martes alcanzó su punto alto con el final del testimonio de Solís.
Aun así, fue una revelación obtenida sólo porque un ataque de los abogados defensores a la credibilidad de un testigo había abierto —por segunda vez— la puerta a preguntas sobre cargos criminales separados.
Sin embargo, los abogados defensores no objetaron públicamente el testimonio sobre Burke como lo habían hecho antes. En un momento del juicio, un abogado defensor pareció incluso invitarlo.
Solís representó al Distrito 25 de Chicago en el Concejo Municipal durante más de 20 años. En junio de 2016, aceptó usar un micrófono oculto para el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) después de que los agentes lo confrontaran con evidencia de su propia mala conducta.
La evidencia que reunió ayudó a los federales a acusar a Burke y Madigan. Al menos 20 personas y empresas han enfrentado cargos criminales relacionados con dicha evidencia.
Despedida ‘festiva’
Pero el martes, ocho años y medio después de que los federales se presentaron en su puerta en Delano Court, Solís terminó su testimonio contra Madigan a eso de las 2 p.m. del martes. Respondió preguntas durante 21 horas por seis días.
Luego, cuando salió de la Corte de Justicia Federal Dirksen, le deseó una “Feliz Navidad” a un fotógrafo del Sun-Times.
Considerado durante mucho tiempo como el testigo “estrella” en el juicio de Madigan, Solís pasó aproximadamente una hora menos en el estrado que Fidel Márquez, un ex ejecutivo de ComEd que también llevaba un micrófono federal y testificó antes.
Aun así, la noticia de la cooperación de Solís causó un revuelo en la política de Chicago cuando fue revelada por primera vez por el Sun-Times en 2019. Y Solís trajo consigo una cantidad histórica de su propia “ropa sucia” a la sala de la corte cuando subió al estrado por primera vez el 21 de noviembre, una que involucraba sobornos, prostitutas y Viagra.
Burke, el miembro del Concejo Municipal de Chicago con más años de servicio, está cumpliendo una sentencia de dos años de prisión en la frontera de Iowa en Thomson, después que su juicio a fines de 2023 terminara en una condena por crimen organizado. Solís testificó brevemente como testigo de la defensa en ese caso.
Ahora, Madigan está acusado de liderar una empresa criminal diseñada para mejorar su poder político y bienestar financiero, con su aliado de larga data Michael McClain como su agente.
El juez de distrito de EE.UU. John Blakey advirtió a los jurados que el juicio podría durar hasta mediados de enero, lo que significa que aún podría haber un largo camino por recorrer antes de que ponga el caso en sus manos. Sin embargo, los jurados ahora han escuchado a dos de los testigos más importantes del caso.
El ‘atún’ otra vez sale a tema
El testimonio de Solís terminó de manera similar al de Márquez. El mes pasado, los fiscales señalaron un “ataque generalizado” a la credibilidad de Márquez y convencieron a Blakey para que dejara que Márquez testificara sobre los cargos penales relacionados presentados contra la ex directora ejecutiva de ComEd Anne Pramaggiore, el ex cabildero de ComEd John Hooker y el ex presidente del City Club, Jay Doherty.
Los abogados defensores se opusieron, pero los fiscales querían que el jurado supiera que aunque Márquez había llegado a un acuerdo con las autoridades para evitar ir a prisión, su destino no dependía del resultado del juicio de Madigan.
La situación de Solís es similar, pero esta vez los abogados defensores no objetaron públicamente. Posiblemente lo hicieron durante una conversación privada.
Sin embargo, el lunes el abogado de Madigan, Dan Collins, le preguntó a Solís sobre Burke. Mencionó frases famosas del caso Burke como, “¿atrapamos… el atún?” Blakey luego le dijo a los jurados que no las tomaran en cuenta.
El martes, MacArthur le preguntó a Solís sobre los cargos contra el operador político Roberto Caldero y Pedro Soto, ex jefe de personal del director de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés) además de su alusión a Burke. Ambos hombres también enfrentaron cargos como resultado del trabajo encubierto de Solís.
A los jurados no se les ha dicho cómo resultaron los casos penales.
‘Fuiste a un salón de masajes, ¿no?’
El martes, Solís también fue sometido a otra ronda de preguntas sobre los salones de masajes y presuntos delitos fiscales. Collins señaló que las autoridades sugirieron que Solís mantuviera su rutina normal una vez que comenzó a usar un micrófono para evitar sospechas.
Luego, Collins mencionó la grabación que Solís hizo de Caldero en 2016.
“¿A dónde fueron?”, preguntó Collins. “Fuiste a un salón de masajes, ¿no?”.
Collins luego le pidió a Solís contradecir su afirmación de que siempre pagaba por los masajes. Collins señaló que las autoridades contaron el dinero de Solís antes y después de la visita y le preguntó a Solís si sólo faltaba una propina de $25.
“No recuerdo haber dado una propina”, le dijo Solís aunque reconoció que Caldero “debió haber” pagado.
MacArthur también revisó con Solís su testimonio del lunes sobre su hermana, la ex directora de campaña de Hillary Clinton en 2008, Patti Solís Doyle. Collins había interrogado a Solís sobre los $617,000 que le había pagado a Solís durante cinco años. Collins alegó que, en 2017, Solís Doyle sugirió “revisar documentos” para que pudieran declararse como una ganancia de capital.
El martes, MacArthur confirmó con Solís que Solís Doyle le dijo a su hermano que “hablara con su hombre”, es decir, su contador.
Solís también testificó que le dijo que el consejo del contador podría llevarlo a tener que revisar documentos.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago