Dada la actual atención nacional sobre los despidos masivos de empleados federales por parte de la administración de Trump/Musk y el ataque masivo a los programas y políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en todas las instituciones de nuestro país, será un error imperdonable si dejamos de desafiar y criticar los esfuerzos de deportación masiva que desde el 20 de enero han aterrorizado a nuestras comunidades inmigrantes.
Es en este contexto que me gustaría felicitar a los periodistas de Sun-Times/WBEZ por su cobertura extraordinariamente sólida del dolor y el miedo que actualmente permean a la comunidad inmigrante trabajadora de Chicago, incluidos los vecindarios, las familias, los padres y los niños.
Como líder electo de mayor rango del país más poderoso del mundo, el presidente Donald Trump y su administración definitivamente pueden hacer mucho más en cuanto a la deportación de los peligrosos criminales inmigrantes que se encuentran entre nosotros sin tener que aterrorizar a millones de miembros respetuosos de la ley que son parte nuestra comunidad inmigrante, incluidos sus hijos nacidos en Estados Unidos.
Si los asaltantes que invadieron nuestro Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021 pueden recibir un indulto presidencial, ¿por qué no dar, como lo hizo el presidente Ronald Reagan en 1986, una forma de clemencia o amnistía a los aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados respetuosos de la ley que han residido y trabajado en nuestro país durante décadas y que han estado pagando impuestos y contribuyendo directamente no solo a nuestra economía estadounidense sino también a nuestro estilo de vida en todo el Estados Unidos rural?
Después de todo, millones de ex soldados y ciudadanos confederados que lucharon en la Guerra Civil recibieron amnistía e indulgencia a través de la Ley de Amnistía de 1872, a pesar de haber librado una guerra sangrienta contra su propio gobierno federal.
El término “amnistía” no tiene por qué ser una mala palabra. El país está más que listo para una reforma migratoria integral. Nuestra delegación demócrata en Washington, D.C. debe ser proactiva en lugar de reactiva, especialmente al argumentar que nuestros residentes de muchos años y los inmigrantes respetuosos de la ley ya se han ganado la legalización de su residencia en el país, así como un camino hacia la ciudadanía estadounidense.
Si Trump continúa aplicando su orden ejecutiva de deportación masiva de tal manera que termine deportando no sólo a inmigrantes criminales violentos (que no pertenecen a nuestro país), sino principalmente a inmigrantes indocumentados respetuosos de la ley que están fortaleciendo nuestras comunidades y nuestra economía, estará en peligro el futuro económico de nuestra nación y el bienestar de la nación, especialmente en el mundo económico altamente competitivo de las próximas décadas del siglo 21.
Alejandro Lugo, Park Forest
El juego de ruleta rusa de Trump
La última vez que Donald Trump negoció el fin de las hostilidades en el extranjero, los talibanes invadieron Afganistán después de la retirada estadounidense. Los funcionarios del gobierno afgano habían dicho en aquel entonces que Estados Unidos había concedido demasiado a los talibanes.
A pesar de su retórica, parece que Trump ahora excluye en gran medida a Ucrania y está negociando principalmente con Rusia. Parece que Rusia será recompensada por su agresión y podrá conservar el territorio que ganó con su invasión de Ucrania.
¿Entonces, qué Trump aparecerá? ¿Será del tipo de Neville Chamberlain que apaciguó a Hitler (y sabemos cómo terminó eso) o será del tipo de John F. Kennedy que se enfrentó a los rusos durante la crisis de los misiles de Cuba? Si Trump quiere tener alguna credibilidad en el país y en el extranjero, elegirá al tipo JFK.
Mike Sienkowski, Tinley Park
¿Otro cambio de nombre para el Golfo de México?
Deberían cambiar el nombre del “Golfo de América” al “Golfo de Moscú”.
Michael Ulreich, Lyons
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago