Desde que Edgardo Nuñez recuerda, soñaba que era músico y cantaba en un escenario. El originario de Sinaloa, México y ahora radicado en Phoenix, el gusto por la música norteña y de banda lo trae desde siempre.
“Cuando llegué a Estados Unidos a los 14 años comencé a trabajar para ayudar a mi mamá, pero también comencé a aprender a tocar el acordeón. A los 15 ya tocaba con grupos en fiestas y a los 18 ya empecé de solista; duré como cuatro o cinco años echándole ganas para que mi música funcionara”, contó en entrevista con La Voz durante una visita a Chicago a principios del mes.
En sus redes sociales como Instagram, Edgardo ha contado parte de su historia, como cuando llegó a Estados Unidos y vivía en una “traila” con su mamá y cómo ha ayudado a la autora de sus días a salir adelante, algo que lo llena de orgullo.
Su amor y dedicación han dado frutos. Actualmente, a sus 20 y tantos años se ha consolidado como uno de los exponentes más fuertes del regional mexicano que lo mismo ha colaborado con figuras del género como Peso Pluma, Junior H, Luis R Conriquez, Fuerza Regida y Eslabón Armando, que son más del estilo de la nueva escuela del género, pero sin olvidar a los que a él lo inspiraron y el gusto que tiene por “la vieja escuela”.
“Ha crecido mucho el [género] regional, muchos artistas han llegado a los primeros lugares de popularidad no sólo en México y Estados Unidos; me ha tocado estar en esa ‘bola’ pero traigo más la vieja escuela. Me gusta cantar canciones de antes y mi estilo es más ranchero, de banda y norteño; también me gusta la música nueva, lo ‘tumbao’ como lo que hace el Nata (Natanael Cano) y Peso Pluma, pero me enfoco más en lo ranchero”, explicó.
Y lo de su amor por “la vieja escuela” lo dice en serio. Citó como referencia a Chalino Sánchez y a Valentín “El Gallo” Elizalde y a dos intérpretes actuales, Alfredo Olivas y Remy Valenzuela. “Así como ellos me quería ver, una mezcla del estilo de ellos cuatro, son los que más escuchaba”.
Con discos como “Corridos 602 Vol. 3″ y “Bailemos bebé”, Nuñez da muestra de su variedad musical. Tanto le gustan los corridos como las baladas románticas o los temas bailables.
“Soy más romanticón”, admitió. “Me ha ido bien con los corridos pero disfruto más las baladas románticas; hay corridos que son delicados, pero ahora tú ya decides qué letra poner que no le falte el respeto a nadie”, aseguró.
Prueba de su lado romántico el tema “First Love”, que grabó con Óscar Ortiz que ha sido del gusto del público. Adelantó que el 21 de noviembre estrenará el sencillo “Cokita de vidrio” también con Ortiz. “Es casi con el mismo estilo que ‘First Love’, pienso que le va a gustar a la gente”, adelantó.
Y justo un día después de ese lanzamiento, estará en Chicago este 22 de noviembre haciendo mancuerna con Los Dareyes de la Sierra. Recordó que hace dos años se presentó justo en el mismo lugar donde cantará en esta ocasión, el Rosemont Theatre, pero aseguró que ahora viene más listo y preparado y con más repertorio para cantarle a la gente.
Porque él no sólo canta y escribe música mexicana. “Uno tiene que estar enamorado de sus sueños, más en esto de la música que es difícil. Hay que estar innovando y cambiando, uno tiene que tratar de darle a la gente algo diferente cada vez que se sienta a componer”, agregó.
Luego de Chicago estará en concierto también con Los Dareyes en Nueva York y en Los Ángeles y espera seguir haciendo lo que más le gusta.
“Me gustaría que mi música se consolidara, seguir en el corazón de la gente y llegar al corazón de más gente”.