El desfile del Orgullo, aunque reducido, es tan jubiloso como siempre: ‘Sigue siendo el Pride’

Una multitud vestida de arcoiris llenaron las aceras en el corazón del vecindario de Lake View el domingo para el 53º Desfile del Orgullo anual de Chicago.

Y a pesar de una ruta más corta y menos carrozas, la celebración que coronó el Mes del Orgullo fue tan alegre y vibrante como en los años pasados.

“Es simplemente un buen rato”, dijo Christina Muñoz, que vino desde Berwyn para ver el desfile con amigos.

Los organizadores del desfile decidieron reducir la celebración de este año, acortando el recorrido y reduciendo el número de carrozas de 200 a 150 por motivos de seguridad y por los limitados recursos municipales.

El Departamento de Policía de Chicago (CPD, por sus siglas en inglés) envió más oficiales al desfile del domingo y a la zona circundante para las celebraciones posteriores al desfile.

El Departamento también asignó más oficiales en las últimas horas de la noche después de la celebración, que ha visto grandes multitudes tomando las calles y algunos delitos violentos en años recientes.

Varios asistentes al desfile dijeron al Sun-Times que no habían notado ninguna diferencia y que preferirían un desfile más corto si eso significaba que todo el mundo podía estar seguro.

Una multitud anima el recorrido del desfile. La ruta del desfile se acortó comparado a años anteriores y se redujo el número de carrozas. La policía estuvo presente para garantizar que las celebraciones fueran pacíficas.

Anthony Vazquez/Sun-Times

“La seguridad es muy importante. Así que tenían que hacer lo que tenían que hacer”, dijo Muñoz. “Pero realmente no noto la diferencia: sigue siendo el Orgullo”.

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El desfile comenzó a las 11 a.m., justo cuando el sol se abría paso entre las nubes, en la intersección de Sheridan y Broadway. Después continuó hacia el sur a través de Lake View y terminó en Diversey Parkway y Cannon Drive.

Las carrozas representaron a grupos LGBTQ+ como Equality Illinois y el Center on Halsted, equipos deportivos locales con sus mascotas y empresas como Jewel-Osco y Smirnoff. El Legacy Project, que destaca a figuras históricas LGBTQ+, mostró carteles con los rostros de Miguel Ángel, Walt Whitman y Frida Kahlo.

El alcalde Brandon Johnson saluda a la multitud el domingo. Manifestantes pro palestinos interrumpieron brevemente el desfile.

Anthony Vazquez/Sun-Times

Las escuelas Nettelhorst y Near North Montessori también participaron en el desfile. Estas escuelas son algunas de las que suelen participar en el desfile, pero a las que inicialmente se les negó la participación este año. En abril, PRIDEChicago, que organiza el desfile, revocó rápidamente esa decisión.

Una ‘fiesta de amor’

Manifestantes propalestinos interrumpieron brevemente el desfile en Broadway y Barry Avenue. Sostenían una pancarta que decía: “9 minutos de silencio por 9 meses de genocidio”. Una vez transcurridos los nueve minutos, los oficiales de la Policía de Chicago los escoltaron fuera de la calle.

La manifestación ocurrió delante de la carroza de Sidetrack, un bar gay del lado norte de la calle Halsted. El presentador de la carroza señaló que el Orgullo es una celebración que tiene sus raíces en la protesta.

“Gracias, manifestantes”, dijo el presentador. “Recordemos que el Orgullo empezó como una protesta. Podemos protestar y celebrar juntos”.

La multitud vitoreó y el desfile se reanudó. Más tarde, un numeroso grupo de activistas propalestinos marchó en el desfile.

Carol Burnett tiene 10 años vendiendo artículos en todos los Desfiles del Orgullo. Vendió banderas del Orgullo en miniatura y de tamaño normal, collares arcoiris y leis.

“Me encanta toda la emoción”, dijo Burnett, que llevaba una bandera del Orgullo sobre los hombros y una corona de flores arcoiris en la cabeza.

“La gente está muy contenta y es muy amable. Es una fiesta de amor”, añadió.

Una participante en el desfile vestida de gala y con un tren hecho de globos.

Anthony Vazquez/Sun-Times

Simon Truesdale, de 24 años, vive en Lake View, a la vuelta de la esquina del recorrido del desfile. Es originario de Virginia, y el domingo era el segundo Desfile del Orgullo en el que participaba.

“Todavía se siente increíble, como la primera vez”, dijo, radiante y ondeando la bandera trans rosa, azul y blanca.

“Antes, los homosexuales no se sentían seguros paseando por la calle. Ahora podemos celebrar este desfile multitudinario. Es realmente un recordatorio de los logros que hemos obtenido”.

Motociclistas recorren la ruta del desfile.

Anthony Vazquez/Sun-Times

Sam Alfassa, de 29 años, y Jordan Galarnean, de 26, vitoreaban mientras un grupo de motocicletas recorría Broadway. Alfassa y Galarnean se hicieron amigos tras conocerse por medio de la pareja de Alfassa.

“Las motos son mis favoritas todos los años. Animan mucho al público”, dijo Alfassa.

Mark Gershman, de 61 años, no pensaba asistir al desfile. Se encontraba en el vecindario para almorzar en casa de un amigo que le animó a participar en el desfile.

“He estado en muchos desfiles”, dijo Gershman, que asistió a su primer Desfile del Orgullo en 1984, montando en una carroza para un bar.

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“Pero esto es tan divertido que me alegro mucho de haber venido”.

Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago

Los participantes en el desfile del domingo sostienen globos en los que se lee Chicago. “Es simplemente un buen rato”, dijo Christina Muñoz, que venía de Berwyn para ver el desfile con amigos.

Anthony Vazquez/Sun-Times

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